miércoles, 26 de septiembre de 2007

Crónicas castizas: DERRIBO DEL POBLADO CHABOLISTA "EL CAÑAVERAL"

Los antidisturbios aprovechan que las cámaras y los periodistas se marchan para arremeter indiscriminadamente contra los vecinos
Si la administración Gallardón sigue por este camino, no nos va a dejar ni un solo resquicio para el sarcasmo, porque este hecho ya no tiene ninguna gracia.

Lunes 24 de septiembre de 2007 en el asentamiento chabolista El Cañaveral, Vicálvaro (Madrid): máquinas excavadoras, policía municipal y antidisturbios de la policía nacional (dependientes del Delegado del Gobierno) irrumpen en el poblado, en el que viven alrededor de 200 familias, con la intención de derribarlo.
Hace tiempo que los vecinos habían recibido la notificación del desalojo; algunos de ellos recurrieron la decisión administrativa; otros muchos, al parecer por consejo del personal del IRIS (Instituto de Realojamiento e Integración Social de Madrid), decidieron no hacer nada. El resultado es, por supuesto, la ejecución de la orden de derribo a instancias de la EMV (sí, de nuevo nuestra amiga, la Empresa Municipal de la infraVivienda).
Algunas familias no habitan chabolas, sino casas de ladrillo suministradas por el Ayuntamiento de Madrid, por las que pagan unos 20€ de alquiler con contrato indefinido. Pero nada de ésto importa: el Ayuntamiento está decidido a acabar con el poblado antes de finalizar 2007 y los vecinos del Cañaveral deben abandonarlo sin alternativa: sin pisos de realojo, sin ofertas de alquiler, y 12 familias sin apenas nada, porque sus chabolas fueron destruidas el pasado lunes, con lo poco que tenían dentro. En cuatro palabras: están en la calle... más de lo que ya estaban antes. "¿Dónde irán nuestros hijos? No podrán ir al colegio si nos dejan sin vivienda", era el grito generalizado en todo el poblado.
El asentamiento cuenta con una escuela infantil, programas para la educación de adultos y un equipo de prevención de la delincuencia, servicios que han sido suspendidos por el momento.

Julián Ruiz, profesor en el poblado, alertó a los medios de comunicación del derribo. Mientras que estuvieron los periodistas, la actuación policial fue relativamente violenta pero, cuando se marcharon las cámaras, según cuenta Julián, se desató la guerra: los antidisturbios se pusieron a repartir porrazos a todo objeto o persona que se cruzaba, mientras los vecinos se refugiaban asustados en sus casas. Destrozaron coches y objetos sin ton ni son. Algunos vecinos se defendían arrojando telas, cubos y lo que tenían a mano, mientras que las fuerzas policiales cargaron con porras, disparos con pelotas y salvas, agrediendo a todo el que se ponía a su paso, fuera niño, anciano, mujer o perro.

Unos pocos chabolistas cortaron la carretera quemando objetos, como acción de protesta. María Dolores, delegada del colegio de Sociólogos de Madrid, que lleva años trabajando en este asentamiento, intentaba retirar estos objetos para calmar la situación cuando fue agredida por uno de los agentes. Vamos, que allí recibió hasta el Tato.

Los vecinos ya han comenzado a levantar de nuevo las chabolas derribadas, ¿cuál será la siguiente actuación de los cuerpos de seguridad? ¿gas mostaza? ¿Ántrax? ¿la bomba H? ¿un ejército en misión humanitaria? ¿o quizá algún método de limpieza étnica más sofisticado?
La administración Gallardón, ¿irá el domingo a la Iglesia a darse golpes de pecho? ¿o ni siquiera tendrá remordimientos por quitarle el techo, romperle el coche, destrozar los enseres y agredir a gente que ya vivía en condiciones lamentables?


Una vecina del Cañaveral muestra las agresiones recibidas en

ambos brazos y el parte de lesiones en la mano.

Fotografía: Julián Ruiz.



Sentimos no haber redactado un artículo suficientemente gracioso. Si quieren soltar una buena carcajada, no dejen de visitar la página de la EMV donde habla de los millones que se van a gastar en las operaciones de derribo de éste y otros asentamientos (si se fijan bien, no dicen nada del realojo de sus vecinos).
http://www.munimadrid.es/portal/site/munimadrid/menuitem.650ba10afbb0b0aa7d245f019fc08a0c/?vgnextoid=6b9022261347e010VgnVCM1000000b205a0aRCRD&vgnextchannel=6091317d3d2a7010VgnVCM100000dc0ca8c0RCRD
Para una verdadera información periodística, no dejen de visitar:
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/09/25/madrid/1190715259.html
Para terminar de alucinar con los planes urbanísticos de Gallardón:
http://www.elpais.com/articulo/madrid/Ayuntamiento/reconoce/incapacidad/desmantelar/mayor/nucleo/chabolista/Madrid/elpepuespmad/19890508elpmad_3/Tes

viernes, 21 de septiembre de 2007

Crónicas castizas: DESPROTECCIÓN OFICIAL DE LA EMV EN EL PAU DE CARABANCHEL

Un banco anuncia que la edad media de independencia de los españoles son los 34 añazos. Algunos precavidos confían en nuestras instituciones para no sobrepasar ese estresante límite y se apuntan en las kafkianas listas de espera de la EMV. Unos pocos Elegidos reciben una cartita con el fascinante notición de que en breve estarán pagando una hipoteca: les han asignado un pisito donde Cristo perdió la zapatilla, en un barrio sin transportes, sin carreteras, sin tiendas, sin dispensario médico, sin farolas, pero con mucho futuro y un videoclub. Y, pese a todo, el infortunio parece que les ha señalado: cumplirán los 34 y más en casa de papá y mamá, en un piso patera o debajo de un puente, porque sus viviendas aún no están terminadas, y no está claro cuándo lo van a estar.
Es el caso de los vecinos del Ensanche 17 de Carabanchel (Madrid).
Las cartitas empezaron a llegar a sus felices destinatarios en 2005. En febrero de este año se enteran extraoficialmente de que las obras de su parcela llevaban tres meses detenidas y que el Ayuntamiento no tenía empresa para continuar. La EMV no les había informado de nada, suponemos que atendiendo a la política de ahorro de energía y papel de la administración madrileña (que es muy ecologista), aunque algunas mentes pervertidas creen que ese olvido se debió a la cercanía de las elecciones. Se dice, se rumorea y se comenta que la constructora Conait abandonó las obras porque no quería perder dinero. Al parecer, la EMV ya ha encontrado una nueva empresa para finalizar las viviendas. Una constructora que se supone que no tendrá pérdidas porque: A) ¿hará que los pisos de 60m2 tengan en realidad 30, con apariencia de 60?, B) ¿rebajará las calidades de forma que nadie lo note?, C) ¿tirará a los obreros andamio abajo para no tener que pagarles? En definitiva: los vecinos temen que las viviendas que ya están abonando se parezcan al proyecto original como un huevo a una castaña.
Teniendo en cuenta que la fecha de entrega se ha fijado finalmente el 31 de diciembre de 2007 y que las obras aún no se han reiniciado, podemos vaticinar con toda seguridad que las viviendas no estarán terminadas en plazo.
Y lo mejor es que éste no es el único caso y que la EMV, como vaquilla resabiada, ha adquirido una sobresaliente habilidad para torear descaradamente al personal.
Si alguien quiere una verdadera desinformación ciudadana acuda a http://www.nuevosvecinos.com/bCarabanchel/683815_ensanche_17.html?page=1
Si le divierte que no le respondan y prefiere que le muestren cómo se ejecuta una verónica, acuda a la EMV.